LAS
CLAVES
Un
jazmín, una rosa,
Y el
fuego transparente ilimitado,
Que
todo lo comprende,
Es
suficiente para animar al jardín de la vida.
Son
los dos eternos solitarios del paraíso.
La
Rosa en su actitud muestra cómo se intuye a Dios
Desde
la eternidad de la Rosa.
Él es
la rosa ígnea del espíritu,
Ella
lleva al niño transparente en lo hondo de su corazón,
En
ese jazmín de luz increada,
Para
multiplicar los soles del amor.
El
espíritu extra universal de la Tierra
Te
recibe en su cuna, en sus brazos,
Y tú debes
cultivar en tu interior con esa fuerza
La
flor del regreso, para volver Resucitado.
Y en
los besos de esa noche amplia
Como
las alas de un dios,
Fuimos
su corazón sin saberlo.
Jorge Costa
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